Ayer se cumplieron 65 años del ataque nuclear de Estados Unidos a la ciudad de Hiroshima, una monstruosidad sin precedentes que, tres días después, se reiteraría al arrojar otra bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki. En un primer recuento ambas deflagraciones mataron unas 220.000 personas, 140.000 en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki. La abrumadora mayoría de las víctimas fueron civiles, dado que para ese entonces las dos ciudades no albergaban significativos contingentes militares. Aproximadamente la mitad falleció de inmediato, el mismo día de los bombardeos.
En su edición de ayer al dar cuenta del nuevo aniversario el New York Times comenta que las víctimas instantáneas murieron a causa de la excepcional intensidad de la explosión que literalmente vaporizó sus cuerpos, dejando apenas espectrales huellas y sombras en las pocas paredes que quedaron en pie. El resto fue falleciendo a lo largo del tiempo a causa de horribles quemaduras y los efectos de la radiación, que los condenó a una lenta y dolorosa agonía...
...Conviene recordar una sentencia de Albert Einstein en relación con los peligros de una nueva conflagración nuclear: “Si la tercera guerra mundial se hace a golpes de bombas atómicas, los ejércitos de la cuarta guerra mundial combatirán con mazas”. Imperdible...leer completo en Pág 12