Su último libro, El Mal, editado recientemente por
Planeta, sigue la trayectoria de este pulpo minero que según el
periodista fue usado desde siempre como empresa "de fachada de la CIA"
para cobijar negociados y que encontró en Argentina la protección del
poder político.
Aunque acompañó a Néstor Kirchner desde la
primera fila, junto a los defensores más fervientes, reconoce que se
distanció cuando no pudo convivir con la posición de Cristina Fernández
sobre la Barrick. La presidenta, en 2008, vetó la Ley de Glaciares (que
había sido votada por unanimidad en el Congreso) y que el año pasado
fue reformulada tras un acuerdo entre Bonasso y el senador Daniel Filmus.
“Es probable que la presidenta tenga intereses en común, no conozco
el momento en que le dieron el cheque ni por cuanto es el cheque pero
evidentemente hay corrupción estructural detrás de todo esto pero lo
más grave, siendo gravísimo y debiendo ser penado, no es la corrupción
si no lo que se está entregando: soberanía impositiva (el acuerdo
tributario, delegando la capacidad de cobrar impuestos) y soberanía
territorial”, acusa. publicado en Perfil.com