Una casa precaria en un barrio pobre de Berazategui; una
mujer sin trabajo, siete hijos y un marido que pega un portazo, el
último: ya nunca más se iba saber de su paradero. Afuera, una crisis
económica impiadosa en un país camino al cataclismo. Eran los finales de
2001. El calor agobiaba en el comedor “Caritas Felices”, cuando
Cristina Giménez abrió la puerta y oyó la voz de una mujer desesperada: Quiero un plato de comida para mis hijos. Dígame en qué puedo ayudar. Hago lo que sea.
Cristina cuenta la historia a Clarín en la puerta del hospital Argerich, donde aquella mujer desesperada, Elsa Rodríguez , se encuentra en coma farmacológico inducido con respiración mecánica luego del balazo que recibió el miércoles en la cabeza. Los médicos dicen que su estado es muy riesgoso.
“Va a salir” , dice. Busca convencer: “La vida la golpeó mucho y nunca se cayó. Por eso te digo que va a salir”....
...Sus hijos no se apartaron del Argerich, aunque han evitado el contacto con los periodistas. “Mamá es el sostén de todos nosotros” leer completo