Carta abierta a la presidenta por Lidia Braceras*


Las maestras y maestros, llegamos a serlo la mayoría de las veces por una profunda vocación de solidaridad, en primer lugar con los niños, que son la masa con la que amasamos nuestro pan, y también con la sociedad, ya que queremos formar seres libres, pensantes, autónomos, profundamente críticos de la realidad, y sobre todo transformadores de la misma.

Llegué al magisterio con el auténtico orgullo que tenemos todos los que alcanzamos ese importante escalón en nuestra formación, que nos permite poder transmitir conocimientos, arte singularmente valorado por todas aquellas sociedades que reconocen que su única salvación está en la educación de los futuros ciudadanos. leer completon e Rio Bravo