Del 15 al 23%. En ese rango se moverían este año, según se prevé, los incrementos de salarios pactados entre sindicatos y empresas o cámaras empresariales. El primer porcentaje es, en rigor, cercano al aumento que los empleadores dicen que otorgarán; el segundo remite a las aspiraciones de los gremios, que se preparan para demandar mejoras de un 20% en promedio. Pero, más allá de cómo se dé la dinámica de cada negociación, las diferencias entre unos y otros sectores de la actividad -en cuanto a la realidad de la que vienen y al escenario que los espera-, terminarían provocando una dispersión de los niveles de subas, dentro de la franja mencionada.
"Los sindicatos han manifestado que quieren estar dos o tres puntos por arriba de la inflación proyectada", señaló el abogado Pedro Etcheberry, asesor de empresas y de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), que estimó que las negociaciones "serán duras", porque la economía aún no muestra una tendencia firme de recuperación. Según estimó, en el sector mercantil en particular, "la negociación será delicada, porque habrá que buscar el equilibrio entre el poder adquisitivo del trabajador y la estabilidad de los precios", sobre los que no debería haber un efecto que termine deteriorando, justamente, el valor de los ingresos leer nota completa en La Nación