Aumenta la soja y el veneno
“Todos los escándalos, insultos y agresiones que se han dado en torno
a esto, es porque se pone en duda a los agroquímicos, y por ende al
modelo de agricultura extractiva con los monocultivos. Así estamos via a
la dilapidación de todos nuestros recursos naturales en Latinoamérica.
Hoy es la soja, mañana puede ser otro tipo de cultivo”, señaló Carrasco,
en referencia a las agresiones físicas y verbales que sufrió hace
algunos meses por parte de productores rurales en La Leonesa (Chaco),
donde fue a brindar una conferencia sobre agroquímicos.
El científico hizo hincapié en que la gran superficie sembrada con
soja en la Argentina continúa expandiéndose -desde 1996 hasta 2009
multiplicó cinco veces su tamaño. Y que cada año se emplean 200 millones
de litros de glifosato para inocular la siembra, sin tener en cuenta
otros productos.
“La superficie sembrada con soja se disparó en 1996, cuando la
Secretaría de Agricultura de la Nación aprobó, con los informes técnicos
de Monsanto (la compañía multinacional que patentó y monopoliza el
comercio de la semilla de soja transgénica), su paquete tecnológico:
glifosato, más semilla de soja genéticamente modificada. Esto demuestra
que la decisión de implementar ese paquete tecnológico fue para producir
este impacto (el crecimiento exponencial de la superficie sembrada con
soja). En ese momento, la excusa fue que había que producir alimentos
para acabar con el hambre: hoy tenemos más hambrientos que nunca”
Los datos demuestran que los agrotóxicos -incluso los que son
altamente peligrosos y más tóxicos que el glifosato- son fáciles de
conseguir en la Argentina, y su consumo sigue incrementándose, a pesar
que el glifosato los reemplazó en gran medida.
“En los últimos 15 años no sólo no bajó el consumo de agrotóxicos
considerados muy peligrosos, sino que aumentó, y a eso hay que sumarle
uno nuevo: el glifosato, que si bien es menos tóxico, por la cantidad
que se usa, está trayendo serias consecuencias”. leer en Uno