El economista John Forbes Nash logró el Premio Nobel de Economía en 1994. Descubrió y demostró un teorema original en el universo económico, que fue ignorado por los centros de poder.
En 1994, el matemático y economista estadounidense
John Forbes Nash (nacido en 1928) obtuvo el Premio Nobel de Economía por
sus descubrimientos acerca de la denominada “Teoría de los juegos”.
Nash
descubre que una sociedad maximiza su nivel de bienestar cuando cada
uno de sus individuos acciona a favor de su propio bienestar, pero sin
perder de vista también el de los demás integrantes del conjunto. A
través de su hipótesis, demuestra cómo un comportamiento puramente
individualista puede producir en una sociedad una especie de “ley de la
selva” en la que todos los miembros terminan obteniendo menos bienestar
del que podrían.
Cuando resulta premiado John
Nash se desempeñaba en la Universidad de Princeton, y expone los
fundamentos de su razonamiento ante el decano de la misma, Mr.
Herlinger, y éste observa azorado los desarrollos matemáticos con los
que quedan desvanecidos más de un siglo y medio de la teoría económica
tradicional. Porque en 1776, Adam Smith –considerado el padre de la
Economía Política moderna-, en su obra paradigmática “La riqueza de las naciones”
(considerada una especie de “Biblia” del capitalismo), argumenta que el
máximo nivel de bonanza social se genera cuando cada individuo, en
forma egoísta, persigue su éxito individual, y nada más que ello, sin
tener en cuenta para nada la suerte de sus congéneres y del conjunto.
En
su descubrimiento Nash pergeña todo un aparato teórico que describe la
realidad en forma más acertada que la teoría económica clásica, y el
mismo tiene múltiples usos, no solamente en economía, también en
política, diplomacia, geopolítica, etc.
Su
basamento consiste en que se optimizan los resultados del accionar
humano cuando se actúa colectivamente, cuando los intereses del grupo
prevalecen por sobre los individuales.
La vida de este brillante científico y su teoría se reflejan de manera notable en el filme “Una mente brillante”, protagonizado por Russell Crowe, que ganó el Oscar a la mejor película del año 2001.
Al respecto, leamos que dice Walter Graziano, en su libro “Hitler ganó la guerra”:
“Ahora
bien, lo que llama muy poderosamente la atención es que estas
expresiones vertidas en la película hayan pasado inadvertidas para miles
y miles de economistas. Que el público corriente, que no pasó años
enteros estudiando economía, escuche que alguien descubrió que Adam
Smith no tenía razón en su tesis acerca de la panacea que significaba el
individualismo para cualquier tipo de sociedad, puede no llamar la
atención, puede parecer hasta trivial. Pero a un economista no se le
puede escapar, si está en una posición realmente científica, la real
dimensión de lo que significaría la demolición del individualismo y de
la libre competencia como base central de la teoría económica”.
Verdaderamente
es sorprendente cómo se ignoró la revelación de Nash. Me ocupé de
investigar algo sobre este tema y descubrí que en la Facultad de
Ciencias Económicas, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), como
también y con más razón por supuesto, en universidades privadas, se
continúa enseñando desde el primer día hasta el último que Adam Smith leer completo en kaosenlared