En
la madrugada de hoy 11 de diciembre de 2010 se anunció la existencia de
un acuerdo en las negociaciones de la COP16, sin embargo, este texto no
constituye ningún avance, por el contrario, implica la adopción formal
del llamado “Acuerdo de Copenhague”, evadiendo por completo la búsqueda
de soluciones reales a la crisis climática.
En
relación con el proceso, aunque se habla de un rescate del
multilateralismo, la aprobación fue lograda a través de negociaciones en
grupos pequeños y reuniones informales, que facilitaron la división de
los países más pobres, usando mecanismos financieros para convencerlos
de cambiar su posición. Este proceso lejos de ser democrático, reprodujo
los esquemas de negociación de la OMC, donde la voluntad de unos pocos
se impone sobre las necesidades de la población mundial.
En
cuanto a los contenidos del acuerdo, no responden a la urgencia de
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para frenar los
fenómenos climáticos extremos que afectan a la humanidad y ya han
causado miles de muertes. Aunque se menciona la adopción de un segundo
período de compromisos del Protocolo de Kyoto, no se explicitan fechas
ni mecanismos para que ello ocurra y se incluye solamente la adopción de
compromisos voluntarios. En consecuencia, las reducciones de gases que
se adopten serán definidas por la voluntad de los países y no por una
meta común global. En Cancún se demostró que los países del norte no
están dispuestos a reducir sustancialmente sus emisiones.
La
meta aprobada de aumento de la temperatura promedio global es de 2°C,
la misma que había sido presentada en el llamado “Acuerdo de Copenhague”
y que fue rechazada por ser insuficiente para evitar la desaparición de
regiones enteras. A pesar de ello, ayer este límite fue aprobado.
Además de ser insuficiente, no hay compromisos que garanticen su
cumplimiento, con los ofrecimientos voluntarios se llegaría a un aumento
de 5°C. Con esta meta se pone en riesgo la existencia de algunas islas y
en menos de un siglo, la sobrevivencia misma de la humanidad.
El
texto incluye la creación de mecanismos de flexibilización y
compensación para que los países puedan cumplir con sus compromisos de
reducción, esto no es más que la creación de nuevos mecanismos de
mercado. Es la extensión de la lógica de la especulación financiera a
las soluciones del clima, que hasta ahora sólo ha generado aumento de
ganancias y ninguna reducción real de las emisiones.
En
relación con financiamiento, aunque se aprobó la creación de un fondo
global, no están garantizados los recursos, su origen ni la forma de
implementarlos, el monto ofrecido es insuficiente para enfrentar
realmente las consecuencias de la crisis climática. Aunque no se hizo
explícito, países como EE.UU. expresaron el interés de que el Banco
Mundial coordine ese fondo. El mismo Banco Mundial que ha promovido
proyectos extractivos y contaminantes, ha generado el endeudamiento de
los países del Sur y ha fomentado el modelo neoliberal en todo el mundo,
ahora aparece como el encargado de buscar soluciones reales al cambio
climático...
...Los gobiernos del mundo estaban en la
obligación de buscar soluciones a la crisis y ofrecer respuestas para
garantizar la sobrevivencia de la humanidad y no fueron capaces de
hacerlo, el resultado de las negociaciones muestra que la lógica de la
ganancia está por encima de la vida y el planeta.. leer completo en filatina