En los
hechos, el de Cristina ya no es el mismo gobierno “de los derechos
humanos” que ‘La Cámpora’ y las agrupaciones oficialistas festejaron
post mortum con un recital este viernes 10 en Plaza de Mayo.
Contrariamente a lo que podía pensar el “progresismo” K luego del
asesinato de Mariano Ferreyra, el régimen no sólo que no se ha puesto
límites en la “represión a la protesta social” sino que ha acelerado su
política de “orden” en el curso de pocas semanas, con los asesinatos de
Formosa y de Soldati.
La
explicación, que venimos señalando desde estas páginas, es el claro
giro a la derecha del gobierno luego que CFK heredara un súbito
fortalecimiento con la muerte de Néstor Kirchner. Sobre la base de una
nueva “luna de miel” en los sectores populares y el arco de la
centroizquierda, el gobierno tomó banderas caras al Grupo A y la
oposición mediática de Clarín y La Nación, como la decisión del pago al
Club de París y la vuelta del FMI con la excusa de “asistencia técnica”
para hacer creíble al INDEC como lo reclama todo el establishment
burgués.
La Cumbre Iberoamericana de la semana pasada en Mar del
Plata, dio otra muestra de este giro llevado a la política exterior. Sin
bien los Kirchner siempre fueron bien pronorteamericanos, incluso en su
cruzada contra Irán ubicándose a la derecha del Brasil de Lula; esta
vez hubo un explícito emblocamiento contra el “eje bolivariano”.
Argentina se alió a México, Colombia, Brasil y Chile en el rechazo a la
condena a EEUU, propuesta por Rafael Correa de Ecuador, luego de que
saliera a luz en los cables secretos del Departamento de Estado más
datos de las conspiraciones de las embajadas yanquis contra Bolivia y
Venezuela (dicho de paso, la diplomacia “nacional y popular”, en vida de
Néstor, jugaba un rol de doble agente según los mismos cables). leer completo en Voz Entrerriana